Es habitual pensar que por el hecho de estar muy rico un plato este lleve entonces muchas más calorías de las recomendables para una dieta sana y saludable.Pero esto no tiene porque ser así, es posible crear menús ricos , nutritivos y sanos que no engorden nada. Solo debéis seguir una serie de sencillos consejos a la hora de cocinar para no poner en peligro vuestra figura.
Cocinar a la plancha o al horno: Podemos cocinar así utilizando mucho menos aceite.Además acentúa naturalmente el sabor de los alimentos.
Eliminar o limitar al máximo las grasas innecesarias: la bollería y aperitivos industriales o los alimentos fritos incorporan gran cantidad de calorías y grasas que el cuerpo no necesita y que, incluso, llegan a ser nocivas. La mejor opción es optar por los frutos secos y eliminar los alimentos de procedencia industrial.
Usar especias y salsas naturales: Modera el consumo de sal y elimina todo tipo de salsas industriales. Puedes aderezar las carnes con tomillo y romero y los pescados con albahaca o estragón. Esta es una opción mucho más sana que además mejora nuestros platos. Puedes también elaborar vinagretas suaves o naturales elaboradas aprovechando el jugo de los propios alimentos junto con otros ingredientes menos tratados como la mostaza en grano.
Fruta y verdura sin miedo: La fruta fresca de temporada es lo ideal para consumir entre horas, o como postr. Es un alimento sano y equilibrado. Por otra parte, las verduras –especialmente las de hoja verde- son muy ricas en vitaminas y antioxidantes, por lo que son ideales para consumirlas como primer plato o como guarnición de alguna de las comidas principales del día.
Moderar el consumo de hidratos de carbono, pero sin olvidar que también son necesarios: Son necesarios para el buen funcionamiento del organismo, por lo que, lo único que hay que tener en cuenta, es consumirlos en la medida adecuada según la actividad que se realice diariamente. Igualmente, la pasta integral o el pan de cereales están especialmente recomendados cuando se busca un aporte extra de fibra.
Consumir pollo y pavo en vez de consumir carnes rojas: conviene limitar (no eliminarlas del todo) el consumo de las carnes rojas, ya que son más ricas en grasas saturadas que las carnes blancas como el pollo, el pavo o el conejo.
Suprimir las bebidas azucaradas y gaseosas: Es recomendable eliminar de nuestra dieta las bebidas gaseosas y azucaradas y sustituirlas por agua, zumos naturales, tés e infusiones o, por ejemplo, una copa de vino durante la comida.
